La alegría es, seguramente, la emoción más deseada. Proviene del latín “alicer o alercis”, que significa vivo y animado , ya que cuando la experimentamos sentimos un estado interno lleno de vigor, agitación y energía. Nos sentimos, animados, con ganas de hacer cosas, de movernos y de emprender alguna acción. Solemos sentirla ante un suceso favorable que nos hace felices y la asociamos al sentimiento de placer.
Su
función: Nos
dispone a hacer cosas, a relacionarnos y compartir, a tomar
iniciativas, a la acción constructiva.
Su
energía:
Fresca y luminosa, podemos sentirla en todas las partes del cuerpo,
especialmente en la barriga y en las zonas superiores … Su energía
se expande hacia delante o bien sube hacia arriba en un efecto
burbujeante. Es una emoción de tendencia extrovertida, que nos mueve
a actuar, a expresar y a compartir con los demás.
Su
expresión: Su
signo más visible y reconocible es la sonrisa, aunque cada persona
puede expresar la alegría de un modo diferente. Las mejillas se
levantan, los ojos se entrecierran, el ritmo cardíaco se acelera, y
sentimos un estado de ánimo y excitación que puede ir desde muy
leve a muy intenso, en función de la persona y del grado de alegría
que esté sintiendo en ese momento.
Los
grados de la alegría se mueven en una escala que va del punto cero o
neutral, que sería la calma (la energía está calmada, sin
agitación), a la euforia o máximo grado de alegría (la energía es
muy intensa y quiere explosionar). En medio podemos sentir diferentes
grados de alegría con mayor o menor intensidad.
Juego
educativo
Para fomentar el desarrollo emocional, trabajar la alegría
y fomentar el pensamiento positivo
El
juego es una dinámica educativa, que consiste en una reflexión
sobre las propias emociones, en concreto sobre la alegría. Se trata
de hacer una reflexión sobre aquellas pequeñas cosas que nos hacen
sentir alegres, para poder valorarlas y comprender que la felicidad
no está en las grandes cosas, sino en las pequeñas cosas del día a
día.
La
alegría es una actitud positiva que se convierte en emoción y que
puede cambiar nuestras vidas, ya que influye en nuestro modo de
pensar y de actuar.
Objetivos del juego para trabajar la alegría:
- Enseñar a los niños y niñas a identificar sus emociones positivas.
- Favorecer la reflexión sobre las pequeñas cosas que nos hacen estar alegres.
- Fomentar el uso de los pensamientos y actitudes positivas.
Participantes
Niños
y niñas de 10 años en adelante.
Materiales
- Saco, cartulinas, rotuladores, tijeras, pegamento, gomas, material para escribir y dibujar.
- Ficha “MIS ALEGRÍAS”
Preparación: Preparamos, cartulinas y demás material.
Explicación:
Les
explicaremos a los niños y niñas lo siguiente:
“Todos queremos
felices y que las personas que queremos sean felices, a menudo
deseamos ser felices pero ¿qué es eso de ser feliz?
Podemos pensar
que estaremos alegres cuando tengamos ese juguete que tanto queremos,
cuando nos compren unas zapatillas nuevas, que seremos felices si
sacamos buenas notas, o tal vez cuando acabe el curso y estemos de
vacaciones, o tal vez podemos pensar que seremos felices cuando
seamos mayores y tengamos todo lo que queremos.
Pero ¿y ahora mismo,
justo ahora, somos felices?
Es
muy importante que además de preocuparnos por nuestro futuro, nos
dediquemos a ser felices ahora. Además si pensamos bien las cosas,
lo que realmente nos hace felices no es tener juguetes nuevos, sino
jugar, no es tener zapatillas nuevas sino correr o andar, tampoco es
sacar buenas notas sino aprender. Vamos a reflexionar sobre nuestras
pequeñas alegrías de cada día que serán las grandes alegrías de
nuestra vida.”
A
continuación les repartimos la ficha “MIS ALEGRÍAS”, y les
dejamos un rato para la reflexión y para completar la ficha. Después
de completar la ficha les explicamos lo siguiente:
“La felicidad
como os estaréis dando cuenta, no consiste en grandes cosas,
consiste en las pequeñas cosas del día a día, desde una sonrisa de
alguien que nos quiere, al momento de jugar con nuestra familia, de
estar con los abuelos, jugar con los amigos, etc."
La
felicidad puede ser como un jardín, un jardín puede ser algo muy
difícil de lograr, pero un jardín se consigue con pequeñas flores.
Cada flor sería una alegría y todas juntas crearían el jardín de
la felicidad.
Ahora cada uno de nosotros vamos a crear nuestro jardín
en una cartulina, creamos cada una de las flores y las ponemos
en nuestro jardín.”
Para
crear el jardín cada uno tiene que basarse en sus propias alegrías
y hacer las flores como quieran, dibujarlas, colorearlas, pegar,
escribir, etc.
Una
vez terminados los jardines los colgaremos y
cada vez que nos sintamos tristes nos servirá para recordar las
pequeñas cosas que nos hacen felices.
Actividad: El diario de la alegría
Los niños deben aprender a pensar en positivo cuanto antes y por eso os sugerimos crear con vuestros pequeños vuestro “Diario de la alegría”, una actividad muy sencilla con la que podréis trabajar la alegría. Es una iniciativa apta para toda la familia.
La idea es que cada uno de sus miembros se asigne un cuaderno y dedique todas las noches unos minutos a escribir (o a dibujar) lo bueno que ha pasado a lo largo del día.
Puede ser cualquier cosa: la amabilidad del cajero del supermercado, un abrazo de un amigo, un rato jugando en el jardín, un baño de espuma…
Cada uno deberá identificar sus alegrías diarias y compartirlas con los demás.
Escribir estos momentos sin dejarlos pasar para que el cerebro por la noche no recuerde lo malo, sino que se vaya a dormir recordando lo bueno. Así las decepciones o los momentos menos agradables quedan fuera de la mente.
Al escribirlo el cerebro lo fija en la memoria y esto hará que poco a poco, éste se entrene para fijar su atención en las cosas buenas que nos pasan.
Algunos consejos ...
La
alegría
es el motor que mueve
la vida.
Una emoción fresca, luminosa y cálida, que nos hace ver
el lado bueno de las cosas
y que nos empuja a sacar
lo mejor de nosotros mismos.
Durante
la
primera infancia,
los pequeños nos darán muestras
claras de su alegría y su júbilo.
Tratar
de que no pierdan esta cualidad, unida a una visión optimista de la
vida, proporcionará a los niños una base sólida que les será de
gran ayuda para
alcanzar sus objetivos y su éxito personal.
¿Cómo
hacerlo? Veamos algunos consejos
para educar niños alegres:
1.-
Establece una buena base de comunicación:
Disfrutar
con ellos de actividades
como el juego,
ir al parque o leer un cuento, fomentando
momentos para el diálogo y la comunicación,
les creará una sensación de satisfacción y seguridad que se
prolongará en el tiempo y asentará
las bases de una personalidad alegre y optimista.
2.-
Presta atención a los valores y a las habilidades sociales:
Nuestra
relación con los demás es un pilar fundamental para nuestra
alegría.
Desarrollar
virtudes como la gratitud, la amabilidad, el respeto o la empatía
les hará sentirse más alegres y felices, además de facilitarles el
camino de la aceptación social.
3.-
Fomenta su autonomía:
Estimular
su independencia potenciará
su autoestima,
su
seguridad
y la
confianza
en sí mismo.
Intenta
que aprenda a tomar decisiones y fomenta la adquisición de
responsabilidades acordes a su edad. Le estarás facilitando el
camino a su edad adulta y fortaleciendo su resilencia.
" Si
los niños piensan
desde pequeños
en positivo,
cuando sean mayores
sabrán
encontrar
el vaso medio
lleno
en lugar de medio vacío
de forma automática. "
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